Por Javier Segura del Pozo
Médico salubrista
Damos hoy un paso más en la cuestión ¿Es la «Salud Comunitaria» un mero sinónimo de «Salud Pública»?, profundizando en el análisis histórico-semántico de los múltiples nombres de la Salud Pública, especialmente en el auge y decadencia del adjetivo social, ligado a la preocupación por la llamada “cuestión social” y al lastre de su contenido político, respectivamente. También a su trueque por el adjetivo comunitario en los años 1960’ y 70’. Asimismo, analizaremos el cisma que la Microbiología introdujo en la Medicina Social, representado por la divergencia entre Behring y Grotjahn, así como las diferencias en la radicalidad de las reformas sociales propuestas por el higienismo, encaminadas, en general (y muy especialmente en nuestro país), a conservar el orden burgués. Por lo que concluimos que la Medicina Social no tiene por qué ser Socialista.