Javier Segura del Pozo, médico salubrista
Iniciamos hoy una serie de entradas dedicadas a la organización de la sanidad y del cuidado reproductivo en el siglo XVIII, así como a los complejos modos de consumo de estas formas de atención sanitaria por parte de la población (pluralismo médico). Empezaremos describiendo cómo entre los siglos XVII y XVIII las monarquías absolutistas europeas se interesaron en controlar la salud pública y las prácticas sanitarias a través de la contratación de médicos como funcionarios del estado, es decir, como autoridad médica, y del desarrollo de una serie de políticas sanitarias. Todo se dio en el contexto de la fascinación por la ciencia de la administración pública (“policía”) y por el control de la población (incluida la natalidad y la mortalidad) y de la producción económica del reino. Estamos en el tiempo del cameralismo, el mercantilismo y el nacimiento de la educación sanitaria y la policía médica, es decir, la salud pública.
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