Por Javier Segura del Pozo
Médico salubrista
Iniciamos hoy una serie de artículos en los que quiero comparar las diferencias en mortalidad entre los barrios de Madrid en dos periodos históricos: 1893-1914 y 2007-2012. Me detendré especialmente en describir y entender las condiciones de vida que existían y existen en los llamados «barrios bajos» de Madrid, habitados por las clases populares o, si preferís, por la clase obrera. Para ello, me aprovecharé especialmente de la magnifica obra del historiador social Luis Diaz Simón que ha estudiado la mortalidad por barrios en 1905 en su muy recomendable libro «Los barrios bajos de Madrid 1880-1936», que complementa el clásico estudio de 1902 de Philip Hauser («Madrid bajo el punto de vista médico-social»), que incluye una estimación de la mortalidad por distritos entre 1893-1900 . Luis calcula que en 1905 había un riesgo de morir en los barrios bajos 6 veces mayor que en los barrios altos. Complementaremos la imagen de este periodo, a caballo entre los siglos XIX y XX, con la determinación de la mortalidad por barrios en 1914 que hace el farmacéutico salubrista municipal Cesar Chicote, en su monumental obra «La vivienda insalubre en Madrid». Para la mortalidad más reciente, nos basaremos en el estudio de esperanza de vida por barrios (2007-2012), elaborado por nuestros dos compañeros de Madrid Salud, Jose Manuel Diaz Olalla y Gema Blasco, en 2016. Ellos estiman una diferencia de casi 9 años entre los barrios bajos y altos de Madrid. Aunque es un salto de más de un siglo de diferencia, veremos que son las mismas lógicas, omnipresentes y pertinaces, las que están detrás de la segmentación social y de salud de nuestra ciudad y que explican porqué la pobreza es mortal.
Los barrios bajos de Madrid
Al parecer, el uso de los términos barrios altos y barrios bajos se atribuye a Mesonero Romanos referido a ciertos barrios del Madrid de mediados del siglo XIX, que estaban experimentando las transformaciones revolucionarias, demográficas y sociales, entre el Antiguo y el Nuevo Régimen (Mesonero Romanos. El Antiguo Madrid, 1861, pg. 191). [1]
Serian «barrios bajos» los del sur de la ciudad (Lavapiés, Rastro, Inclusa y Embajadores), donde en tiempos de escasez de suelo para vivienda (hasta mediados del XIX, la ciudad no podía extenderse más allá de la cerca de Felipe IV), se habían concentrado las clases más menesterosas, hacinadas en cuartuchos mal ventilados de casas de muy baja calidad (con un abastecimiento y saneamiento de agua de alto riesgo) y en un terreno poco valorado. Esto era debido tanto a su orografía (para acceder al centro había que subir un terraplén: es decir, también eran barrios «bajos» porque se encontraban en la parte baja de la ciudad), como por su cercanía al Matadero, y sus empresas auxiliares muy contaminantes de curtido, y a la actividad de los baratillos del Rastro y la plaza de la Cebada.
Viviendas en los barrios bajos del sur de la capital a principios del XX. Casa en el barrio de La Latina (el nº 15 de la calle Segovia). Fuente: http://www.urbanity.es/foro/urbanismo-mad/893-de-madrid-al-cielo-album-de-fotos-historicas-33.html
Limitaban con el arrabal sur (al otro lado de la cerca): el barrio de Peñuelas y las industrias como el Gasómetro, que serian englobadas en el ensanche Sur de la reforma de Castro, pero que, como veremos en la siguiente entrega, tuvo un desarrollo limitado (entre otras cosas, por la fuerte presencia del ferrocarril), y por ello, sus barrios no dejaron de tener las características estadísticas de mortalidad propia de los barrios bajos (por ejemplo el de Santa Maria de la Cabeza con una alta mortalidad). La miseria imperante en este yermo e insano territorio que se extendía desde las rondas (rondas de Segovia, Toledo, Valencia y Atocha) a las orillas del rio Manzanares (nos referimos al tramo de orilla desde la actual plaza de Pirámides a la actual plaza de Legazpi, en el actual distrito de Arganzuela), habitado por pobres de solemnidad, que apenas sobrevivan con el trabajo jornalero, la mendicidad o la prostitución, junto con tratantes de ganado y una segregada comunidad gitana, es detalladamente descrito en las novelas de Benito Pérez Galdos, Pio Baroja o Arturo Barea. Fue también objeto de la preocupación de los salubristas de entonces como Francos Rodriguez, Mendez Alvaro (ambos llegaron a ser alcaldes de Madrid), Julio Vargas o Philip Hauser, que denunciaron las condiciones de vivienda y alimentación de estas clases populares, advirtiendo, ya entonces, a las clases dirigentes que su abordaje era la mejor vacuna contra el avance del socialismo y del comunismo (!) [2] (ver: «La alianza entre Medicina Social, Regeneracionismo y Eugenesia en España»)
Por estar allí concentrados los más humildes, las instituciones benéfico-asistenciales también estarían allí localizadas (donde estaba su clientela potencial), especialmente, en el eje de la calle Atocha: Hospital General (actual museo Reina Sofia), Hospital o Colegio de los Desamparados (en la calle Atocha, esquina a la Costanilla de los desamparados), el hospital de Antón Martin, el Colegio de las niñas de La Paz y la Inclusa (estos dos últimos, entre las calles Embajadores y Mesón de Paredes)
Las personas que a lo largo de los siglos XVIII y XIX llegaron a la villa y corte huyendo del hambre de la España rural, no podian pagar los altos alquileres del centro de Madrid y tenian que alojarse en los barrios periféricos pegados a la cerca o en los arrabales (los terrenos inmediatamente por fuera de la cerca). Ello explica esa distribución concéntrica del gradiente social y de la mortalidad que luego veremos (en la periferia mas mortalidad; en el centro menos).
Al igual que los barrios de los distritos de Hospital e Inclusa, eran los barrios bajos del sur, al norte había otros barrios que compartian caractristicas socioeconómicas: los barrios de Maravillas (el actual Malasaña) y Barquillo (el actual Chueca). A ellos se añadía el arrabal norte hasta mediados del XIX: el actual Chamberí, que se convirtió después en el Ensanche Norte de la ciudad (con dos barrios de muy diferente nivel socioeconómico). Y más al norte todavía el barrio de Bellas Vistas (que abarcaba el actual barrio del mismo nombre del distrito de Tetuan y sus alrededores: lo que actualmente es la parte mas humilde del distrito de Tetuan: los barrios a la izquierda de la calle Bravo Murillo, que entonces tenia el nombre de la Carretera Mala de Francia [3]).
Las clases populares que habitaban estos barrios bajos tenia diferentes nombres: Manolos y Manolas las del barrio de Avapies, Majos y Majas las de Maravillas y Chisperos y Chisperas las de Barquillo (por la concentración de talleres de fundición). Estas clases populares serán los protagonistas de sucesos épicos y heroicos en las rebeliones contra el poder opresor, como el motín contra Esquilache de la semana santa de 1766, la rebelión del 2 de mayo de 1808 contra los franceses y la resistencia durante la Guerra Civil (1936-1939) contra las tropas franquistas.
Los tipos de las clases populares de Madrid a finales del siglo XVIII: ‘La maja y los embozados’ o ‘El paseo de Andalucía’ | Óleo sobre lienzo | 1777 | Francisco de Goya | Museo del Prado | Madrid
Sus duras condiciones de vida, su exposición a riesgos para la salud en el entorno residencial y laboral, y una cobertura sanitaria muy precaria, explicarían su mayor mortalidad y su menor longevidad, en comparación con las poblaciones más pudientes que giraban alrededor de la Corte, y que incluía la aristocracia, la emergente burguesía, el funcionariado de la corte, los militares y el clero (tanto seglar como regular). Estas clases habitaban «los barrios altos» cercanos a los palacios de la realeza: los del distrito Centro (cercanos al Palacio Real) y los de alrededor del actual paseo de la Castellana (cercanos al Palacio de verano de Buenavista y al parque del Retiro), entonces pertenecientes a los distritos de Congreso y Buenavista, y que tendrían una importante extensión con el ensanche Este (actuales distritos de Salamanca y Retiro)
Los barrios bajos de Madrid (1880-1936) de Luis Diaz Simón
Llegué a la obra de Luis Diaz Simón, gracias al estupendo curso de «Historia del Madrid Popular (siglos XVI-XX)» organizado por la Fundación sindical Ateneo 1º de mayo, e impartido por varios profesores del Taller de Historia Social de la Universidad Autónoma de Madrid (Equipo Madrid). Concretamente, el jóven y gran docente Jesús Agua de la Roza, continuado este próximo trimestre por la tremenda historiadora Victoria López Barahona (magnificos textos sobre el trabajo femenino). No llegué a conocer al otro profesor: Alvaro Paris, pero nos carteamos y me puso en la pista de muchos textos de interés para un salubrista, entre ellos los de Luis. Todos me han acercado a una forma diferente de mirar la historia: la escondida e ignorada historia de las clases populares, es decir, la Historia Social con una perspectiva hermana a la de nuestra Medicina Social.
Portada del libro: Luis Diaz Simón. Los barrios bajos de Madrid 1880-1936. Los libros de la Catarata. 2016
En este magnifico libro, escrito con un estilo muy ameno, esforzándose por huir del lenguaje académico, Luis abarca en apenas 270 páginas desde la descripción de la epidemia de cólera de 1885, hasta la acción médico-social de los años 20 (lucha contra la mortalidad infantil y la tuberculosis), protagonizada particularmente por el Ayuntamiento de Madrid. También tiene espacio para contarnos la vida cotidiana de los barrios populares (deteniéndose en Latina), la precariedad laboral del artesanado y los jornaleros y sobre la dureza del importante pero escondido trabajo femenino (incluyendo la impune violación de las sirvientas por sus señoritos).
El libro forma parte de una interesantísima serie dirigida por el profesor Luis Enrique Otero Carvajal, que junto con Luis Diaz Simón pertenecen al fértil y comprometido grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid «Espacio, Sociedad y Cultura en la España Contemperanea». Es decir, entre la UAM y la UCM tenemos en Madrid un formidable capital de talento histórico-social, en peligro de ser mermado por la crisis y la desatención oficial a la investigación (la generación nacida en los 80 ya está en precario o expatriada, Luis incluido; la de los 90 peor aún). A esta masa critica se suman, entre otros, los trabajos de Historia de la Medicina del prof Luis Montiel de la UCM, del grupo de Demografía del CSIC del prof Diego Ramiro Fariñas o el de Historia Social y Cultural de la Ciencia del CSIC de los prof Ricardo Campos y Rafael Huertas.
Cartel del curso de «Historia del Madrid Popular (siglos XVI-XX)» organizado por la Fundación sindical Ateneo 1º de mayo, e impartido por varios profesores del Taller de Historia Social de la Universidad Autónoma de Madrid (Jesús Agua de la Roza, Victoria López Barahona y Alvaro Paris)
El mapa de mortalidad por barrios de 1905
Pero volvamos al libro de Luis Diaz Simón. Especialmente interesante me pareció su estudio de las diferencias en mortalidad por barrios, cuyos mapas originales en color y las tablas detalladas de tasas de mortalidad por distritos y barrios, puso generosamente al acceso de los lectores y lectoras de este blog, después de un intercambio epistolar desde las antípodas, y que espero que sea el inicio de una colaboración duradera.
El merito de Luis es haber complementado el trabajo que Philip Hauser hizo en 1902 en su obra «Madrid bajo el punto de vista médico-social», que incluye un mapa de la mortalidad por distritos de Madrid: su Plano Sanitario Demográfico de Madrid del que me hice eco en otro articulo (ver «El Plano sanitario demográfico del Dr. Hauser»).
Portada de la reedición que hizo la Editora Nacional en 1976 del libro de Philip Hauser de 1902 «Madrid bajo el punto de vista médico-social»
Plano Sanitario Demográfico de Madrid, contenido en la obra de Philip Hauser de 1902 «Madrid bajo el punto de vista médico-social». Después de calcular las tasas de mortalidad para todos los distritos de la capital, el Dr. Hauser categoriza los distritos en tres, según tengan mortalidad máxima (de 42,2 a 32,5 x 1.000: color verde claro en el plano), media (de 30,3 a 27,4 x 1.000: color verde oscuro) o mínima (de 24,1 a 22 x 1.000: color naranja). Las delgadas líneas marrones corresponden a la incipiente y escasa red de alcantarillado, que no está presente en todos los distritos (ausente en el Ensanche sur, en la parte norte y occidental del Ensanche norte-Chamberi-, además de arrabal norte-barrio de Bellas Vistas, y tampoco llega a la periferia del próspero Ensanche este-Salamanca y Retiro, y sus arrabales-barrio de la Guindalera). Las pequeñas “herraduras” en su extremo representan su desagüe en el río Manzanares. Las lineas verde oscuras son el limite de los distritos (éstos estan identificados con números en rojo del 1 al 10).
Luis Diaz Simón amplia este estudio a las diferencias por barrios. La fuente que utilizó (Ayuntamiento de Madrid. Estadística demográfica del año de 1905. Madrid: Imp. Municipal, 1906) fue publicada en 1906, pero recoge la estadística mortuoria de 1905. En cuanto a los mapas, están realizados con arreglo a la división administrativa de Madrid de 1898-1902 (aprobada en 1898, puesta en vigor en 1902), que se mantuvo vigente hasta 1955.
En 1905, a pesar de las reformas urbanas del Ensanche y ciertas políticas sociales de mediados y finales del XIX, Madrid seguía ostentando el título de la ciudad de la muerte: la capital europea con mayor mortalidad (tasa media de 28 muertes x mil habitantes), casi el doble de Amsterdam, Londres o Berlin, como se puede ver en el gráfico siguiente
Tasas de mortalidad general de Madrid y de varias ciudades europeas en 1905. Fuente: Luis Diaz Simón. Los barrios bajos de Madrid 1880-1936. Los libros de la Catarata. 2016
Sin embargo, si vemos la distribución de la mortalidad por barrios, podemos comprobar que, tal como ocurre actualmente, las diferencias entre barrios bajos y barrios altos era enorme, con un rango que va desde las 112,9 muertes x 1.000 del barrio de Cabestreros en el distrito de Inclusa (tasa sesgada por recoger las muertes en la Inclusa) y las 69,6 muertes x 1.000 del barrio del Dr Fourquet en el distrito de Hospital (tasa sesgada por recoger las muertes que se producían en el Hospital general), hasta las 9,4 muertes x 1.000 en el exclusivo barrio de Almirante. Es decir, si desechamos las dos tasas máximas sesgadas y tomamos como máxima no sesgada la mortalidad de 55,7 x 1.000 del barrio de Santa Maria de la Cabeza (entonces perteneciente al distrito de Hospital), el riesgo de morir era casi 6 veces mayor en los barrios altos que en los barrios bajos. Hay un claro patrón concéntrico: mayor mortalidad en la periferia que en el centro, especialmente en las periferias sur (barrios de los distritos de Hospital e Inclusa) y norte (barrios de Chamberi y Bellas Vistas), donde se encuentran precisamente los llamados barrios bajos y donde habitan las clases populares.
Mapa de mortalidad general por barrios de Madrid, 1905. Autor Luis Diaz Simón. Una versión en blanco y negro está en su libro «Los barrios bajos de Madrid 1880-1936». Los libros de la Catarata. 2016. Este en color (escala progresiva en varios tonos en morado: claro mínima mortalidad, oscuro máxima mortalidad) ha sido proporcioando por el autor al blog. He añadido las etiquetas de los barrios con mortalidad extrema y sus valores (en etiqueta roja los de mortalidad máxima: >43 x 1.000; en etiqueta verde los de mortalidad mínima: <15 x 1.000.
En la tabla siguiente que nos ha proporcionado Luis Diaz Simón, podéis encontrar de forma detallada esta distribución de todos los barrios y distritos de Madrid.
TABLA: MORTALIDAD GENERAL POR DISTRITOS Y BARRIOS DE MADRID EN 1905. Fuente: Luis Diaz Simón, a partir de Estadística demográfica del año de 1905. Madrid: Imp. Municipal, 1906. Ayuntamiento de Madrid. He resaltado en rojo los barrios con mortalidad máxima (>43 x 1.000) y en verde los barrios con mortalidad mínima (<15 x 1.000)
Madrid, Mortalidad General, 1905 | |||||
Latina | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Aguas | 5397 | 241 | 44,65 | ||
Alfonso VI | 7582 | 208 | 27,43 | ||
Arganzuela | 6309 | 197 | 31,23 | ||
Ayuntamiento | 4460 | 106 | 23,77 | ||
Calatrava | 5924 | 255 | 43,05 | ||
Cava | 6131 | 162 | 26,42 | ||
Humilladero | 4099 | 181 | 44,15 | ||
Imperial | 4929 | 211 | 42,81 | ||
San Francisco | 6856 | 213 | 31,06 | ||
San Isidro | 5883 | 135 | 22,95 | ||
Total | 57572 | 1909 | 33,16 | ||
Chamberí | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Alfonso X | 5578 | 144 | 25,82 | ||
Balmes | 6249 | 288 | 46,09 | ||
Cardenal Cisneros | 4058 | 178 | 48,86 | ||
Cuatro Caminos | 5698 | 210 | 36,86 | ||
Dos de Mayo | 7303 | 141 | 19,31 | ||
Hipodromo | 6315 | 246 | 38,95 | ||
Luchana | 4867 | 117 | 24,04 | ||
Monteleón | 6073 | 176 | 28,98 | ||
Sandoval | 5352 | 123 | 23,92 | ||
Trafalgar | 6140 | 151 | 24,59 | ||
Total | 57633 | 1779 | 30,87 | ||
Hospital | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Argumosa | 6679 | 183 | 27,4 | ||
Delicias | 5533 | 162 | 29,28 | ||
Doctor Fourquet | 6367 | 443 | 69,58 | ||
Jesús y María | 5424 | 181 | 33,37 | ||
Lavapiés | 5335 | 206 | 38,61 | ||
Ministriles | 5627 | 168 | 29,86 | ||
Pacífico | 5889 | 82 | 13,92 | ||
Primavera | 5303 | 207 | 39,03 | ||
Santa María de la Cabeza | 5687 | 317 | 55,74 | ||
Torrecilla | 5848 | 136 | 23,26 | ||
Total | 57692 | 2085 | 36,14 | ||
Universidad | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Amaniel | 5997 | 192 | 32,02 | ||
Bellas Vistas | 5936 | 280 | 47,17 | ||
Conde Duque | 4881 | 57 | 11,68 | ||
Conde de Toreno | 5182 | 151 | 29,14 | ||
Guzmán el Bueno | 5323 | 155 | 29,12 | ||
Lozoya | 5706 | 177 | 31,02 | ||
Minas | 6110 | 124 | 20,29 | ||
Quiñones | 5157 | 203 | 39,36 | ||
Santa Lucía | 4989 | 129 | 25,86 | ||
Vallehermoso | 4857 | 153 | 31,5 | ||
Total | 54138 | 1621 | 29,94 | ||
Hospicio | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Apodaca | 5752 | 79 | 13,74 | ||
Bilbao | 5837 | 142 | 24,33 | ||
Campoamor | 6670 | 94 | 14,09 | ||
Colón | 6870 | 130 | 18,92 | ||
Genoveva | 5108 | 107 | 20,95 | ||
Hernán Cortés | 6114 | 90 | 14,72 | ||
Jesús del Valle | 5030 | 151 | 30,02 | ||
San Opropio | 3973 | 117 | 29,45 | ||
San Pablo | 6171 | 153 | 24,79 | ||
Las Torres | 4669 | 104 | 22,27 | ||
Total | 56194 | 1167 | 20,77 | ||
Congreso | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Alameda | 6046 | 152 | 25,14 | ||
Cañizares | 6394 | 108 | 16,89 | ||
Cervantes | 5780 | 97 | 16,78 | ||
Floridablanca | 5667 | 76 | 13,41 | ||
Gutenberg | 6000 | 121 | 20,16 | ||
Plaza de Toros | 6713 | 153 | 22,79 | ||
Principe | 5076 | 123 | 24,23 | ||
Retiro | 5059 | 98 | 19,37 | ||
San Carlos | 4478 | 142 | 31,71 | ||
Santa María | 4813 | 186 | 38,65 | ||
Total | 56026 | 1256 | 22,42 | ||
Palacio | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Alamo | 6706 | 138 | 20,58 | ||
Argüelles | 5608 | 146 | 26,03 | ||
Carlos III | 4998 | 93 | 18,61 | ||
Casa de Campo | 5386 | 129 | 23,95 | ||
Espejo | 5392 | 124 | 23 | ||
Isabel II | 6014 | 110 | 18,29 | ||
Moncloa | 6221 | 232 | 37,29 | ||
Montaña | 5930 | 112 | 18,89 | ||
Quintana | 4988 | 171 | 34,28 | ||
Senado | 6337 | 112 | 17,67 | ||
Total | 57580 | 1367 | 23,74 | ||
Centro | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Carmen | 5962 | 112 | 18,79 | ||
Constitución | 6830 | 134 | 19,62 | ||
Correos | 6897 | 131 | 18,99 | ||
Estrella | 6883 | 138 | 20,05 | ||
Jardines | 5484 | 142 | 25,89 | ||
Muñoz Torrero | 6480 | 148 | 22,84 | ||
Puerta del Sol | 5301 | 100 | 18,86 | ||
San Luis | 5955 | 127 | 21,33 | ||
San Martin | 4481 | 105 | 23,43 | ||
Tudescos | 4812 | 106 | 22,03 | ||
Total | 59085 | 1243 | 21,04 | ||
Buenavista | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Almirante | 7355 | 69 | 9,39 | ||
Biblioteca | 5742 | 74 | 12,89 | ||
Conde de Aranda | 4130 | 104 | 25,18 | ||
Fernando el Santo | 5535 | 85 | 15,36 | ||
Goya | 4381 | 170 | 38,8 | ||
Guindalera | 8210 | 114 | 13,89 | ||
Las Mercedes | 5658 | 196 | 34,64 | ||
Marqués de Salamanca | 5527 | 144 | 26,05 | ||
Monasterio | 6676 | 95 | 14,23 | ||
Prosperidad | 4310 | 152 | 35,26 | ||
Total | 57524 | 1203 | 20,91 | ||
Inclusa | |||||
Nº Habitantes | Nº Defunciones | Defunciones por cada 1000 habitantes | |||
Amazonas | 6968 | 164 | 23,54 | ||
Cabestreros | 6747 | 762 | 112,94 | ||
Caravaca | 5830 | 205 | 35,16 | ||
Duque de Alba | 5438 | 94 | 17,29 | ||
Gasómetro | 4756 | 158 | 33,22 | ||
Huerto del Bayo | 4885 | 226 | 46,26 | ||
Marqués de Comillas | 5520 | 112 | 20,29 | ||
Miguel Servet | 5239 | 200 | 38,18 | ||
Peñuelas | 5241 | 178 | 33,96 | ||
Rastro | 4767 | 203 | 42,58 | ||
Total | 55391 | 2302 | 39,98 | ||
En las siguientes entregas describiremos estos barrios bajos y analizaremos las posibles causas de su alta mortalidad. En una segunda parte, haremos lo mismo con la mortalidad por barrios en el Madrid actual (2007-2012) y nos sorprenderemos con los elementos comunes, más de un siglo después.
————–
Esta entrada forma parte de la serie La mortalidad en los barrios bajos de Madrid (1893-2012) de las que se han editado hasta ahora las siguientes entradas:
I. La mortalidad en los barrios bajos de Madrid (1893-1914)
1ª parte: el mapa de 1905 de Luis Diaz Simón
2ª parte: el mapa de 1914 de Cesar Chicote
3ª parte: Vivir y morir en los barrios bajos del sur de Madrid
4ª parte: Un paseo por los barrios bajos de Madrid con mayor mortalidad: Santa María de la Cabeza.
II. La mortalidad en los barrios bajos de Madrid (2009-2012)
NOTAS:
[1] Sin embargo, según nos aclara Alvaro París: «(…) lo de «barrios bajos (o baxos)» es muy anterior a Mesonero Romanos (habitual al menos en el XVIII) y común a otras ciudades europeas (quartieri bassi en Italia). Digamos que la definición social y la «orográfica» se dan de la mano en el caso de Madrid, y por eso en ocasiones Maravillas y el Barquillo se consideran parte de los barrios bajos, mientras que en otras se denominan altos».
Luis Diaz Simón me ha escrito para confirmar la opinión anterior de Alvaro Paris y enriquecerla con esta aportación :
«En efecto, la utilización del término «barrios bajos» estaba en circulación con anterioridad a la obra de Mesonero. El término, en su origen, no tenía una connotación social, sino esencialmente geográfica (en esa zona de la ciudad coexistían las corralas y los palacios, como el de los Lasso de Castilla). Fue, sobre todo, durante la segunda mitad del XIX cuando el término adquirió una connotación social.
Curiosamente, este cambio en el lenguaje se produjo en un momento histórico decisivo en la evolución de Madrid, con la jornalerización de la fuerza de trabajo y la creación de un nuevo asiento en la urbe para las clases privilegiadas (el Ensanche Este), a la vez que elementos de la nobleza tradicional entraban en decadencia (caso paradigmático es el de la Casa de Osuna, cuyo palacio de los barrios bajos, en estado ruinoso, fue derribado en 1882 para construir en su solar varios edificios de viviendas).
Con todo, en el Madrid de finales del siglo XIX y del primer tercio del XX, el término barrios bajos no se empleaba de manera genérica para referirse a todos los barrios de la ciudad habitados por un vecindario empobrecido (los barrios miserables del extrarradio, por ejemplo, no se denominaban «barrios bajos»), sino que continuó utilizándose para designar a los barrios del sur del casco antiguo.»
[2] «Con poco que reflexionen los hombres que tienen los destinos del país, comprenderán que, privando a los Municipios de los medios para mejorar el bienestar físico, moral e intelectual de la clase trabajadora, procuran dar armas poderosas al partido socialista, el cual cada día gana en Europa más terreno, adquiriendo cada vez más adeptos entre las clases productoras de la sociedad» Philip Hauser «Madrid bajo el punto de vista médico-social» 1902, reedición Editora Nacional 1976, p. 96.
» (…) Pan escaso, aire impuro, vida corta, producen el odio revolucionario, la ira demagógica. Más se hace con medidas de higiene que con todas las de represión que adopten las autoridades contra las reclamaciones airadas de la muchedumbre (…)» José Francos Rodriguez: “Propaganda Médica”, El Siglo Médico (1918), p. 702
[3] Otra aclaración de Alvaro Paris: La carretera Mala de Francia no se llamaba así porque fuese «mala», sino por el término francés malle, es decir que era la carretera por donde venía el correo de Francia (malle poste).
Hola Javier, buenas tardes, como siempre agradecerte estas ventanas que nos abres a nuestra ciudad, a nuestra salud, a nuestra mente, con un enfoque distinto y apasionanate de nuestra sociedad y nuestra historia.
Con tu permiso voy a remitirlo a una buena amiga que trabaja en el Museo de Historia de Madrid (antes Museo Municipal).
Un saludo y espero con interés tu siguiente artículo.
Un beso
Impresionante el relato; pasamos por las calles y plazas donde tantas cosas han ocurrido, de forma tan inadvertida y alienada… gracias, amigo Javier.
Repu