El movimiento Settlement (4): Jane Addams y la incubación de Hull House

Por Javier Segura del Pozo
Médico salubrista

Jane Addams visitó Toynbee Hall en 1887, en su segundo viaje a Europa, ya acompañada por su pareja sentimental y primera cómplice en sus proyectos sociales, Elena Gates Starr. Se quedaron fascinadas por la experiencia, que exportaron a EE.UU y desarrollaron de forma intensa y original. Para entender el origen de esta fascinación y el éxito que tuvo la fértil cosecha estadounidense, resultante de la originaria semilla británica plantada por el matrimonio Barnett en el East End de Londres, tenemos que tener en cuenta el momento político y social en el que se encontraba la sociedad estadounidense de finales del XIX: la era progresista (analizada en la anterior entrada). Pero también conocer algo de la biografía e inquietudes de Jane Addams antes de poner en pie Hull House. A eso dedicaremos la entrada de hoy. 

Primeras influencias

Jane nació en 1860, en Illinois, en el seno de una familia acomodada y con tendencias cuáqueras. Eran los albores de la guerra civil (1861-1865). La temprana orfandad de madre destaca en su infancia, así como la adoración por su padre, John Huy Addams, hombre de negocios que fue amigo del presidente Abraham Lincoln y llegó a ser senador republicano durante varias décadas (1854-1870)[1] . Tanto su padre, como Lincoln, serian una referencia permanente de los valores democráticos y de ética pública, que guiarían a Jane en los momentos dilemáticos, a los que tuvo que enfrentarse durante su vida de activista social[2].

Una jovencísima Jane Addams, entre las dos personas que más le influyeron: a la izquierda, su adorado padre John Huy Addams, y a la derecha, el amigo y compañero de partido de su padre, el presidente Abraham Lincoln.

Igual que ocurrió con la esclavitud, cuya abolición fue una de las principales batallas políticas de su padre y de Lincoln, para Jane Addams, los valores en los que se había fundado la democracia estadounidense entraban frecuentemente en contradicción con las injusticias sociales y la corrupción política que se evidenciaba en la ciudad industrial. También chocaban con los valores cristianos en los que se había educado. Conocer de primera mano las desigualdades sociales y las dificultades que sufría la clase obrera, para acceder de forma efectiva a los derechos humanos reconocidos en la constitución estadounidense, le permitió comprobar el largo camino que quedaba por recorrer para hacer real la invocada democracia. Cuando otros estaban en el dilema entre socialismo y capitalismo, ella operaba en las contradicciones entre capitalismo y democracia, entre explotación y humanitarismo. 

Portada del libro de Jane Addams, «20 years at Hull House» (20 años en Hull House), cuyos capítulos iniciales describe su infancia e inquietudes de su adolescencia y juventud que fueron la incubación del proyecto de Hull House. Es la principal fuente que he usado para escribir esta entrada.

Compatibilizar capitalismo y democracia

Esta tensión entre esos polos, la heredó Jane de la figura de su admirado padre. Este formaba indudablemente parte de las nuevas clases dirigentes (tanto en lo económico, como en lo político), que sostenían el sistema capitalista, raíz de la creciente desigualdad de la sociedad estadounidense. Pero para Jane lo que contaba era que él había llegado a su posición social por sus propios méritos (el sueño americano del “self-made man” y el respeto por el emprendimiento), había luchado por la abolición de la esclavitud (guerra civil), por una sociedad más justa y piadosa con el pobre (caridad cuáquera) y que, cuando murió en 1881, se sintió aliviada al saber por un antiguo amigo, que su padre, como senador, nunca aceptó un soborno durante las legislaturas de los grandes contratos de la guerra civil y la reconstrucción posterior[3]. Por ello, siempre lucharía por hacer compatible capitalismo con democracia, es decir, por hacer real el (imposible?) sueño de su padre, que era el mismo de Lincoln y de los llamados “padres fundadores”.

Trabajo infantil en las hilanderias

En sus memorias destaca la fuerte impresión que tuvo, cuando antes de cumplir 7 años, visitó uno de los molinos (fábrica textil) con los que su padre hacía negocios y descubrió las terribles condiciones de vida de los niños de su edad, que vivían en el barrio pobre donde estaba situado, en comparación con las que ella disfrutaba. Gestionar esta contradicción, que chirriaba con los valores religiosos y políticos en los que se había criado, serian una obsesión el resto de su vida[4].

Retratos de Jane Addams a lo largo de su adolescencia y juventud temprana (1870′-1880′). Mi impresión es que la mirada va haciéndose más tensa y triste y el cuello más rígido, sin rastro de sonrisa, aunque, tal vez, solo son obligadas poses fotográficos al uso.

Otra forma de ser mujer

Su curiosidad por el mundo que la rodeaba, la llevó a ser una ávida lectora, pero también a cultivar un pensamiento critico, tener honestidad intelectual y resistirse a aceptar los dogmas sin entenderlos[5].

Las jóvenes de la clase social de Jane no aspiraban a tener una formación académica universitaria, sino a adquirir los suficientes conocimientos culturales para cumplir apropiadamente su futuro papel de esposas y madres. Sin embargo, como vimos en la pasada entrega, en esta naciente era reformista estaba cambiando el concepto de domesticidad, propio de la anterior era victoriana. Se abrieron nuevas oportunidades para la educación de la mujer en EE.UU. A finales del siglo XIX, proliferaron las academias y facultades universitarias para mujeres[6] y muchas instituciones masculinas abrieron sus puertas a mujeres. Según McGeer, en 1900 ya había 85.000 mujeres apuntadas a mas de mil instituciones universitarias a lo largo del país.[7]

Jane Addams universitaria (arriba a la derecha), con sus compañeras del Rockford Female Seminary (1877-1881)

Ni por su orientación sexual, ni por sus aspiraciones sociales, Jane Addams tenia querencia alguna por la vida domestica y la intimidad con un hombre victoriano, y encontró un atractivo refugio en los nacientes colleges femeninos, y sus casas de internado (boarding houses), donde se encontraron mujeres con afán de independencia y oportunidad de reflexionar sobre el papel marginal de la mujer en esa sociedad. Las graduadas seguían afrontando extraordinarias dificultades para seguir una carrera, con la excepción de la educación y la enfermería, consideradas profesiones aceptablemente femeninas[8].

Así, cuando acabó con 17 años su educación secundaria, pidió a su padre seguir formándose en el recién inaugurado Smith College para mujeres (Massachusetts), pero tuvo que aceptar la contraoferta paterna del más cercano Rockford Female Seminary de Illinois, donde conoció a Ellen Gates Starr. Ambas se graduaron en 1881 con 21 años y con excelentes notas.[9]  

Ellen Gates Starr (c. 1890). Fuente: Jane Addams Collection

Vocación misionera

En Rockford se iniciaron en las lecturas de los autores en boga, tanto de filósofos morales, como John Ruskin, o de dramaturgos o poetas, como Robert Browning o Ralph Aldo Emerson, padre del trascendentalismo. Descubrieron nuevos mundos, tanto en el pasado (se fascinaron con la historia de la Grecia y Roma clásicas, contadas por Gibbon, o de la de las monjas port-royalistas[10] que les acercaban al ideal de combinar estudio, trabajo físico y piedad), como en el presente (envidiaban a compañeras que se casaban con misioneros que abrían escuelas en Japón). 

Así también descubrió “la belleza de la santidad” e iba conformándose un espíritu misionero, como Jane señala en sus memorias[11], que fue fundamental para sentirse atraída posteriormente por la filosofía de los Settlements que, en vez de fundar sus misiones en el extremo oriente, lo hacían en medio de los barrios pobres de Londres y Chicago. Al evocar este “grupo de ardientes jovencitas que discutían todo bajo el sol, con incansable interés”[12], me surge el recuerdo de la ultima versión de la película “Mujercitas”,  basada en la novela de su contemporánea Louise May Alcott, cuyo padre, el pedagogo y también escritor, Amos Bronson Alcott,  dio una conferencia en Rockwell.

Como resultado de esta mezcla de influencias en su formación (que incluyó la veneración por la ciencia y el darwinismo) y de su vocación de servicio, decide finalmente trocar su predestinada carrera religiosa misionera por el ambicioso estudio de la medicina y “la vida entre los pobres”, a pesar de estar la práctica médica casi vetada a las mujeres. Probablemente también influyeron su persistente discapacidad debida a su escoliosis. Pero 1881 no solo fue el año en que Addams abandona Rockford e intenta iniciar sus estudios de Medicina en el Women Medical College de Pennsylvania. También es el año en el que muere su amado padre y se exacerban sus dolores de espalda, que la llevan a operarse y a abandonar la medicina en 1882. 

La compañía del primer viaje de Jane Addams a Europa. 1883-84. Fuente: https://legacyjaneaddams.weebly.com/achievements.html

Viajes a Europa

Al año siguiente, en 1883, intenta superar su crisis personal con su primer viaje a Europa, típico del proceso formativo de la burguesía estadounidense. Durante tres años, hasta su regreso en 1885, visitaría Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y España. Al retornar, retoma la relación con Ellen Gates Starr, con la que realiza su segundo viaje a Europa en 1887, que vuelve a incluir una gira por España. En este segundo viaje es cuando Jane tiene oportunidad de conocer Toynbee Hall (recién fundado en 1884) y el Palacio del Pueblo (centro de ocio gratuito en Londres). 

Las míseras calles del East London (Dorsey street 1902), parecidas a lo que debió ver Jane Addams en su visitas de 1883 y 1887.
Peoples Palace en East London. Este «palacio del pueblo» estaba situado en Mile End, en el distrito deprimido del este de Londres, cerca de Whitechapell, donde se ubicaba Toynbee Hall. Fue inaugurado en 1887 por la reina Victoria (el mismo año de la segunda visita de Jane Addams a Europa) y construido por el legado del filántropo John Barber Beamont (Beamont Philosophical Institution), como una iniciativa para promover el ocio y entretenimiento de las clases populares del barrio. Entre otras instalaciones, tenia un teatro, sala de concierto, biblioteca, gimnasio y una piscina pública

Este viaje le daría el modelo definitivo del proyecto social y moral que estaba buscando, que le permitiera cumplir “su deseo de vivir en un mundo real”, lejos de una vida contemplativa burguesa “de oscuras reflexiones intelectuales y estéticas”[13] y canalizar sus enormes energías. Solo dos años después de su segundo regreso a EE.UU., en 1889, con apenas 29 años, funda con Ellen Starr el Settlement de la Hull House, en un barrio pobre de Chicago. Un año después, conocería allí a la que seria su pareja para el resto de su vida: Mary Rozet Smith[14] [15].

Mary Rozet Smith y Jane Addams (c. 1896) (imagen: Swarthmore Peace Collection, Swarthmore College. Fuente: https://janeaddams.ramapo.edu/2019/07/jane-addams-mary-rozet-smith-and-the-disappointments-of-one-sided-correspondence/ )

El relato del resultado de esta incubación y fundación, lo dejaremos para la siguiente entrega.

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Este texto forma parte de la serie llamada: “¿Es la “Salud Comunitaria” un mero sinónimo de “Salud Pública”?, iniciada en julio de 2020 en este blog. Estas son las entregas ya publicadas:

  1. ¿Es la “Salud Comunitaria” un mero sinónimo de “Salud Pública”?
  2. Los múltiples nombres de la Salud Pública,
  3. La medicina social no tiene por qué ser socialista
  4. Salud pública, atención primaria y salud comunitaria: tres ramas del mismo árbol.
  5. Hospitales, dispensarios y laboratorios: auge y declive de los dispositivos de salud colectiva
  6. El hospital: de moridero de pobres a templo de la medicina.
  7. El dispensario: la prehistoria del centro de salud.
  8. El movimiento de los centros de salud comunitaria de EE. UU. (1): El experimento de la Unidad Social
  9. El movimiento de los centros de salud comunitaria de EE.UU. (2): La primera ola (1910-1940)
  10. El movimiento de los centros de salud comunitaria de EE.UU. (3): Jack Geiger y la segunda ola (1965-hoy)
  11. El movimiento Settlement (1): de la caridad al activismo social
  12. El movimiento Settlement (2): Toynbee Hall y Samuel & Henrietta Barnett
  13. El movimiento Settlement (3): La era progresista norteamericana (1890-1920)
  14. El movimiento Settlement (4): Jane Addams y la incubación de Hull House
  15. El movimiento Settlement (5): Hull House 
  16. El movimiento Settlement (6): Lillian Wald, pionera de la enfermería comunitaria
  17. Pioneros del trabajo social sanitario (I): rebasando los límites de la medicina
  18. Pioneros del trabajo social sanitario (II): a la sombra del prestigio médico
  19. Pioneros del trabajo social sanitario (III): la morfina y la limosna
  20. Las visitadoras sanitarias en España
  21. Las visitadoras sanitarias en España (II): el proyecto de la Dra. Nieves González Barrio
  22. Las visitadoras sanitarias en España (III): De Cáceres a Vallecas: El Dr. Ruiz-Morote y la «demostración sanitaria» de los Centros de Higiene Social (1ª parte)
  23. Las visitadoras sanitarias en España (IV):De Cáceres a Vallecas: El Dr. Ruiz-Morote y la «demostración sanitaria» de los Centros de Higiene Social (2ª parte)
  24. Las visitadoras sanitarias en España (V): franquistas y exiliadas



NOTAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[1] Fue uno de los cofundadores del partido republicano.

[2] Jane Addams (1910). “20 years al Hull-House”, Empire Books, 2011, 276 pag. Chapter 1: Early impressions, p 1-12 y Chapter 2: Influence of Lincoln, p 13-24

[3] Ibidem p 18.

[4] Jane Addams (1910). “20 years al Hull-House”, Empire Books, 2011, 276 pag. Chapter 1: Early impressions, p. 2

[5] Aunque Jane tuvo una educación religiosa (cristiana evangelista), también fue estimulada para ser una librepensadora. En sus memorias cuenta como su padre le apoyó al manifestar en una conversación sus dudas, al contrario de lo manifestado por otros niños de su edad. sobre la doctrina de la pre-ordenación (foreordination), propia de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, a la que pertenecía la familia. Para su padre, no era importante entender o no la doctrina. Lo que era muy importante era no pretender entender lo que no entiendes, y ser honesto con uno mismo. Ibidem p 7.

[6] Los primeros centros universitarios femeninos se abrieron entre 1872 y 1886: El Smith College se fundó en 1872, Wellesley en 1875 y Bryn Mawr en 1886. Fuente: Mac Mc Guerr

[7] Michael McGeer. “A fierce discontent. The rise and fall of the progressive movement in America 1870-1920”. Oxford Univesity Press, New York, 2003, 395 p, Pag 47

[8] Ibidem p 47.

[9] Ana Isabel Lima Fernandez. Laura Jane Addams. Una biografia fascinante de compromiso ético político. Introducción de: Jane Addams Hull Hoose: el valor de un centro social. Ediiones Paraninfo y Consejo General del Trabajo Social. 2013, 88 pags. Pag 12

[10] Port Royal fue un convento cisterciense femenino, situado al sureste de Paris, que albergó entre 1677 y 1708 una comunidad janseanista de mujeres nobles que buscaban la paz.

[11] Jane Addams (1910). Op cit. Pag 27-30

[12] Jane Addams (1910). Op cit. Pag 28

[13] Jane Addams (1910). Op cit. Pag 37…”…clinging only to the desire to live in a really living world and refusing to be content with a shadowly intellectual or aesthetic reflection of it”,

[14] Ana Isabel Lima Fernandez. Op cit,p pag 14

[15] Como dice Ana Isabel Lima, es notable el papel de Jane Addams en la normailización y visibilidad social del lesbianismo, que llevó abiertamente y con naturalidad, en una época (¡hace 130 años!) en la que el matrimonio homosexual no estaba permitido e imperaba la homofobia. Aunque las llamadas “uniones de Boston” (o “relaciones románticas lésbicas”) eran, al parecer, socialmente toleradas si se producían entre mujeres económicamente independientes o dedicadas a la vida intelectual o académica. Ibídem p 14. 

Supongo que la vida en internados (boarding houses) o residencias (settlements) mayoritariamente femeninas, donde se agrupaban universitarias que se dedicaban a profesiones y actividades  socialmente aceptadas como “propias de mujeres” (educación, enfermería, trabajo social, obras caritativas, etc), proporcionaba un refugio, es decir, modos de vida menos vulnerables a la homofobia, que otros ámbitos y formas de convivencia.

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